lunes, 25 de junio de 2007

Carta al liderazgo

Ministerio Evangelistico Shekinah
Ahora veras si mi palabra se cumple o no. (Números 11:23)


Un Destino Que No Cambia

Esta edición de Reflexiones quiero compartir estas convicciones con vosotros.

Muchas personas me han preguntado como interpreto el presente mover del

Espíritu. Es importante comprender el contexto y las presuposiciones a partir de

las cuales yo extraigo mis conclusiones. Nuestra primera misión como grupo de

iglesias era ser un movimiento que plantase iglesias con el fin de ganar a los

perdidos. En este sentido, nos irá bien ser fieles a nuestras primeras "tradiciones"

e ideales. Para mí, nuestra identidad histórica proporciona una escala moral,

espiritual e intelectual para evaluar la presente actividad renovadora en La Viña.

Mi principal preocupación como supervisor de La Viña es si la actividad

renovadora contribuirá u obstaculizará nuestra posibilidad de alcanzar nuestras

metas de evangelizar a través de plantar iglesias.

El apreciado misiólogo Donald McGavran describe el avivamiento como la

revitalización de una iglesia pre-existente compuesta de personas que ya

profesaban ser convertidas. Una iglesia "avivada" produce entonces nuevos

convertidos: esta es la medida y el objetivo. Lo comparo a un cohete espacial

lanzado con un plan de vuelo predeterminado y con suficiente combustible para

llegar. Si La Viña se ha quedado sin combustible y necesita un "cohete para

repostar" (parecido a los que citaré del libro de los Hechos), y la presente

renovación proporciona el combustible adicional para alcanzar nuestro destino,

entonces le doy la bienvenida y la recibo humildemente y con gratitud.

Sin embargo, si la renovación es simplemente una explosión espectacular en el

cielo, o si produce un cambio en la trayectoria del cohete, entonces debo -por

obediencia a Dios- traer corrección para que no nos salgamos de rumbo.

Reflexiones de La Viña 2 septiembre / octubre, 1994

Poder para la misión

Según el historiador Vinson Synan, hay pocos avivamientos desde los tiempos de

Wesley que no incluyan fenómenos tales como risas, caídas, temblores, fuertes

lloros, etc. Sin embargo, lo que no ha sido corriente es una comprensión juiciosa o

una estrategia para tratar con los fenómenos.

Junto con el Dr. Synan y mi amigo Jack Hayford, veo los fenómenos que

actualmente están ocurriendo en algunas de nuestras reuniones como "señales".

Una señal apunta a algo más allá de sí misma; no es el foco principal. Hay señales

de que Dios se está moviendo entre nosotros. Esto no significa que cuando nadie

tiembla ni se cae Dios no está con nosotros. Dios es omnipresente. Está presente

en la Palabra, en los sacramentos, y en la comunión de los santos. Sin embargo,

en los fenómenos vemos señales de su presencia "manifiesta".

Lógicamente podríamos preguntar: "¿Que significan las señales? ¿Hacia dónde

apuntan?" A mi juicio son análogas a órdenes de marcha. Aquí de nuevo las

confirmaciones de mis amigos han sido útiles: Los fenómenos no son la esencia

del avivamiento. La esencia del avivamiento en el sentido histórico corriente de la

palabra consiste en:

x Conversiones masivas

x Vidas transformadas (es decir, santificación y aumento en la devoción

personal)

x Impacto mensurable sobre la sociedad

x Los cristianos tienen un despegue espiritual a través del cual reciben "una gran

conciencia de comisión", el poder para servir, y los dones espirituales para

llevar a cabo su comisión como embajadores del reino de Cristo.

Estos elementos describen el foco de la principal corriente del Pentecostalismo

histórico que siempre ha tenido por objetivo la evangelización del mundo usando

el plantar iglesias como el vehículo principal para conseguir ese fin. Según el Dr.

Synan, en este momento más de un millón de iglesias (un cuarto de todas las

iglesias del mundo y tres cuartos de las evangélicas) remontan su linaje espiritual

al Avivamiento de la Calle Azusa.

Un historiador describe a las primeros misioneros pentecostales como "...una raza

de hombres y mujeres como ninguno antes que ellos. Sentían carga por las almas

perdidas y estaban marcados por la entrega sacrificada de sus predecesores.

También eran receptores de un nuevo mover de Dios en su tiempo. Veían el

bautismo Pentecostal con las señales sobrenaturales resultantes como ... la hora

de Dios para cosechar ha llegado."

Reflexiones de La Viña 3 septiembre / octubre, 1994

Este énfasis tiene desde luego un precedente histórico. Michael Green en su libro

Yo creo en el Espíritu Santo aclara escribiendo, "el Espíritu de Dios viene a las

personas cristianas para crear en ellos una calidad de vida que de lo contrario

estaría más allá de sus posibilidades." Añade, "No cabe duda a partir de un

sincero examen de los relatos del Nuevo Testamento que el propósito principal de

la venida del Espíritu de Dios a los discípulos era equiparlos para la misión." Por

ultimo, Green con acierto dice, "el Espíritu es el que potencia el evangelismo de la

iglesia y dirige sus miembros, con frecuencia poco dispuestos, en la tarea para la

que Dios ha puesto Su mano sobre ellos; misión."

Encontramos una ilustración sorprendente en la vida de D. L. Moody.

Sorprendente porque él no era un evangelista Pentecostal ni Carismático. Sin

embargo, este es el testimonio de Moody después de muchos años de predicador:

"...dos mujeres le decían regularmente, "Ud. necesita el poder del Espíritu Santo".

A partir de entonces Moody decía: "¡Necesito el poder! Pues yo pensaba que tenía

el poder porque tenía la mayor congregación de Chicago y había muchas

conversiones. En cierto sentido estaba satisfecho." Sin embargo, al poco tiempo

las dos mujeres de Dios estaban orando con Moody, y "derramaron sus corazones

en oración para que fuese lleno del Espíritu Santo. Entró una gran sed en mi

alma... Empecé a llorar como no lo había hecho nunca antes. Realmente sentía

que no quería vivir si no podía tener ese poder para servir." Un tiempo mas tarde

Moody relató lo siguiente: "Un día en la ciudad de Nueva York -¡qué día!- No

puedo describirlo, casi nunca hablo de ello; es una experiencia casi demasiado

sagrada para mencionarla. Pablo tuvo una experiencia de la cual no habló nunca

durante catorce anos. Sólo puedo decir que Dios se me reveló, y tuve tal

experiencia de Su amor que tuve que pedirle que apartase Su mano. Volví a

predicar. Los sermones no eran distintos; no presente verdades nuevas, y sin

embargo cientos se convertían. No volvería a antes de esa bendita experiencia

aunque me diesen el mundo entero."

El adjunto de Moody, R.A. Torrey, lo ponía de este modo: "Si puedo ser bautizado

en el Espíritu, debo serlo... Si no estoy dispuesto a pagar el precio de este

bautismo, y por tanto no soy bautizado, soy responsable ante Dios por todas las

almas que se podrían haber salvado pero no se salvaron a través de mí porque no

estaba bautizado con el Espíritu Santo."

Perspectiva

Es de suma importancia para mí que cada líder de La Viña se dé cuenta que los

fenómenos no son básicos para la vida de la iglesia. Los aspectos vitales de

nuestros papeles como pastores que dirigen la vida de la iglesia son:

Reflexiones de La Viña 4 septiembre / octubre, 1994

x Enseñar la Palabra de Dios; no simplemente enseñar de la Biblia o sobre la

Biblia, sino comunicar la Palabra de Dios según está en la Escritura. El notable

misiólogo Donald McGavran, escribiendo sobre la relación entre la Palabra de

Dios y el avivamiento dice: "El conocimiento de la Biblia es ... necesario. No

siempre invariablemente conduce al avivamiento, pero a menos que este ahí,

el avivamiento en el sentido clásico no ocurre generalmente."

x Administrar las ceremonias (ordenanzas) de la comunión para todos los

creyentes, y bautismo después de la conversión. Haciendo esto levantamos

continuamente la esencia del cristianismo: La muerte substitutoria de Cristo en

la cruz, y nuestra subsiguiente nueva vida como se expresa públicamente en el

bautismo.

x Pastorear a las personas a través de las oscilaciones normales de la vida

diaria; entrenándoles en las habilidades básicas necesarias para ser eficientes

como esposos, padres, trabajadores, directores de negocios, etc.

x Equipar a los santos para el ministerio de modo que tengan una sólida base

bíblica y práctica para ponerse en marcha con su recién experimentada

renovación.

x Dirigir a las personas en la adoración - Adoración sincera en cuanto a dónde

estamos, y de honor a Dios, por quién Él es.

x Finalmente, todos debemos "hacer el trabajo de un evangelista" (1ª Timoteo

4:5). No todos estamos dotados por igual para el evangelismo, pero todos por

igual tenemos el llamado a hacer la obra de evangelismo.

Esta lista de seis características no es exhaustiva, pero cubre los puntos básicos,

vitales. Si piensas en un coche de seis cilindros, ¿estarías contento si sólo

funcionasen cinco cilindros? ¿O cuatro? ¿O tres? ¡No podemos ignorar ni uno de

los puntos anteriores y esperar tener iglesias verdaderamente sanas, y mucho

menos iglesias avivadas! En mi opinión, cualquier pastor de La Viña que descuida

lo anterior para seguir o dar demasiada importancia a los fenómenos, a largo plazo

está cometiendo un error posiblemente fatal en lo que se refiere a esa

congregación local.

Muchas personas están hablando sobre Jonathan Edwards en nuestro contexto

actual, y yo también quiero compartir mis opiniones. Los fenómenos que a veces

acompañaban su ministerio de predicación eran, según sus propias palabras

"sorprendentes". Basado en mi comprensión, Edwards no habría pensado nunca

en emplear técnicas para asegurar la continuidad de los fenómenos. Los veía

como algo espontáneo. E igual que nosotros, en cuanto tienen que ver con la

unidad del hombre, significan que a veces la presencia del Espíritu produce

reacciones intelectuales, espirituales, físicas y/o emocionales.

Reflexiones de La Viña 5 septiembre / octubre, 1994

Edwards diría que no podemos discernir lo que realmente le esta ocurriendo a

alguien basándose únicamente en lo que le está ocurriendo en su cuerpo. Si este

fuere el caso, las reacciones corporales no eran el fin ni la meta para Edwards; las

conversiones sí.

El largo y espeso (para los oídos modernos) título de su tratado lo dice todo: "Un

humilde intento de promocionar el acuerdo explícito y la unión visible del pueblo de

Dios en oración extraordinaria para el avivamiento de la religión y el avance del

reino de Cristo en la tierra."

Como pueden ver, a Edwards le preocupaba:

x El enfermizo estado espiritual de la iglesia

x El colapso moral de Gran Bretaña y América

x Y lo más importante, que los hombres y mujeres se convirtiesen.

¡La conversión era la manifestación más importante para Jonathan Edwards!

En resumen, me parece que él concibió este asunto de la siguiente forma: Si

oramos humilde y sinceramente, Dios mandará su poder. Esto es el poder

espiritual para hacer la voluntad de Dios en todas las esferas de la vida cristiana:

adoración, aprendizaje, trabajo, juego / ocio, vida santa y evangelismo, pero en

especial el poder para proclamar el Evangelio. Los cristianos investidos de este

poder y trabajando en obediencia al Espíritu harán avanzar el reino de Dios, y

entonces, en el tiempo soberano de Dios, vendrá el fin (Mat. 24:14).

"No Apaguéis al Espíritu"

1ª Tesalonicenses 5:19 contiene un imperativo importante que suena

constantemente en mis oídos: "No apaguéis al Espíritu". Usando el método

empírico para entender la construcción griega de esta frase, uno podría también

traducirla correctamente por, "Dejad de apagar al Espíritu." Pablo podría estar

diciendo no hacer algo en el futuro; o podría estar diciendo dejar de hacer lo que

ya esta ocurriendo. La última interpretación encaja en el más amplio contexto de

las cartas a los Tesalonicenses. Si suponemos, como hacen muchos estudiosos,

que estas dos cartas están relacionadas temáticamente, y que fueron escritas

cronológicamente muy cerca una de otra, entonces 2ª Tesalonicenses 2:2 puede

aclarar algo. En ese pasaje Pablo se dirige a la confusión y temor de los

Tesalonicenses de perderse la segunda venida de Cristo. Es evidente que la

profecía (literalmente "un espíritu") estaba causando parte de la frustración y pudo

haber facilitado la base para una predisposición negativa hacia la profecía y la

obra del Espíritu.

Reflexiones de La Viña 6 septiembre / octubre, 1994

Más cerca de nosotros, aquí en La Viña, muchos de nosotros hemos tenido

experiencias negativas con la profecía y con diversas manifestaciones del Espíritu

Santo. Estas frustraciones pueden fácilmente ser el resultado de "apagar el fuego

del Espíritu". Con todo lo que hay en nuestro interior, nosotros los líderes nos

esforzaremos por no cometer esos errores. Pero tampoco permitiremos que el

fuego del Espíritu sea utilizado de forma destructiva. ¡Seguir todos los mandatos

bíblicos nos ayudará a "mantener el fuego en la chimenea" donde es productivo y

no en una alfombra donde podría extenderse y quemar la casa! Trataremos de

conseguir este equilibrio siguiendo los versículos siguientes en el pasaje de

Tesalonicenses: "No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo

bueno." (1ª Tes. 5:20-21).

Una forma en que podemos mantener el fuego en la chimenea en nuestro

contexto tiene que ver con el objetivo y la forma en que dirigimos nuestros tiempos

de ministerio. Una señal segura de renovación entre nosotros es el hambre

evidente en la gente que pasa adelante para ser ministrada (recibir oración).

Tenemos una gran responsabilidad ante Dios de tratar a estas personas y su

hambre de forma santa y bíblica.

Nuestro objetivo cuando el Espíritu empieza a moverse en la gente que busca

renovación tiene tres aspectos:

x Asegurarse que han tenido la experiencia inicial (para servicio) del bautismo

del Espíritu Santo.

x Facilitar la actualización de los dones del Espíritu en sus vidas .

x Y finalmente, afirmar en ellos una "conciencia de la Gran Comisión" que los

empujará en la misión; en el trabajo o en la escuela, en su vecindario o en un

campo de misión en el extranjero.

Manifestaciones bíblicas

Una revisión de seis ocasiones en que el Espíritu cayó sobre la gente en Hechos

(capítulos 2, 4, 8, 9, 10, 19) demuestra las clases de manifestaciones que

podemos estar seguros que son santas y bíblicas.

Hechos 2

x La iglesia recibió poder para testificar.

x Hablaban en lenguas

x Pedro fue transformado de un hombre que negó a Cristo a predicador sencillo,

directo, efectivo y poderoso (Hechos 2:37, 41; la Pedro 1:12).

x 3.000 personas se convirtieron.

Reflexiones de La Viña 7 septiembre / octubre, 1994

Hechos 4

x La iglesia es perseguida

x La iglesia ora

x La iglesia recibe poder para predicar con denuedo

Hechos 8

x Simón "veía" algo (posiblemente lenguas o profecía) lo cual le mostraba que

recibían el Espíritu al imponer las manos los apóstoles.

x El Evangelio se extendió desde Jerusalén a Samaria a través de Felipe que

estaba lleno del Espíritu y de sabiduría.

Hechos 9

x El Espíritu vino sobre Saulo (Pablo) y le dio poder (le capacitó). "De inmediato

empezó a predicar que Jesús es el Hijo de Dios".

x Todo el ministerio apostólico de Pablo recibe poder a partir de este hecho

(Hechos 9:15, 31; 22:15; 26:16).

x Así pues, el Evangelio se extendió a los gentiles.

Hechos 10

x El Espíritu se "derramó" sobre los gentiles (un mayor impulso misionero).

x ¡El Evangelio se extiende ahora no sólo a los gentiles, sino también a través de

ellos a los lugares más lejanos de la tierra!.

Hechos 19

x El Espíritu Santo cae sobre algunos discípulos en Éfeso y ellos: Hablaban en

lenguas y profetizaban.

x Pablo enseñó (y modeló el ministerio del reino) durante casi tres años. Con

este proceso se inicia una de las más explosivas expansiones del cristianismo

en el Nuevo Testamento.

En resumen, las primeras manifestaciones bíblicas de la venida del Espíritu

(popularmente conocida como "bautismo del Espíritu Santo") son:

x Hablar en lenguas,

x profetizar con denuedo, y

x poder para el servicio / evangelización del mundo.

Reflexiones de La Viña 8 septiembre / octubre, 1994

Además de estos seis pasajes en Hechos que se usan generalmente para

describir "ser bautizado en el Espíritu Santo", hay ejemplos de: visiones,

encuentros poderosos, personas levantadas de los muertos, milagros, sanidades,

imposición de manos, fenómenos sensoriales (por ejemplo: sonido como de

viento, lenguas como fuego, etc.), señales y prodigios, y visitaciones angélicas.

Está claro en Lucas / Hechos que Lucas tuvo todas las oportunidades de enfatizar

el papel del Espíritu en el avance del evangelio, del reino y de la iglesia. Observa

las evidentes conexiones entre los discípulos que salen a predicar el evangelio, y

el Señor trabajando con ellos y confirmando su Palabra con las señales que les

acompañaban. (ver también Marcos 16:20).

Visiones: Pablo tuvo una visión de un hombre en Macedonia que le lleva a

establecer iglesias en Europa (Hechos 16:6-10).

Encuentros de poder: Hechos 13:4 en adelante describe el poderoso encuentro

entre Pablo y Elimas resultando en que el procónsul llega a creer.

Levantados de los muertos: En Hechos 9:36 el levantamiento de Dorcas de los

muertos conduce a que muchas personas crean (9:42).

Milagros: El Espíritu transporta a Felipe de Samaria a Azoto (8:39) y esto lleva a la

expansión misionera de la que hablo Jesús en (1:B) "... Samaria, y hasta lo último

de la tierra."

Sanidad: La sanidad del hombre cojo en la Puerta la Hermosa (3:1) hace que el

hombre se agarrase a Pedro y a Juan. La gente que estaba en la zona del templo

corrió a ver lo que ocurría. Esto dio a Pedro la oportunidad de predicar a una gran

muchedumbre. Como resultado de esto, miles más se convirtieron (4:4). Ver

también Hechos 9:32-35 que describe la sanidad de Eneas: "...Y le vieron todos

los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor" (v. 35).

Fenómenos de la naturaleza: El rescate soberano de Pablo y Silas de la cárcel en

Filipos por medio de un terremoto (16:25 y siguientes) resulta en la conversión del

carcelero y toda su casa (16:34).

Señales y Prodigios: Hechos 5:12 dice que "los Apóstoles hacían muchas señales

y prodigios en el pueblo" y como resultado de ello "los que creían en el Señor

aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres" (Hechos 5:14).

Sin duda este es un argumento claro y poderoso debido al efecto histórico y

bíblico de la obra del Espíritu, y proporciona una visión clara para el futuro que

esperamos en La Viña.

Reflexiones de La Viña 9 septiembre / octubre, 1994

El Fuego del Espíritu

El famoso misionero evangélico de la generación pasada, Jim Elliot, captó la

esencia de lo que significa tener "el fuego del Espíritu" según una conocida cita de

su diario. Respondiendo al Salmo 104:4/Hebreos 1:7 ("El que hace a los vientos

sus mensajeros, y a las flamas de fuego sus ministros"), Jim escribió: ''¿Soy

inflamable? ¡Dios me libró del temible amianto de "otras cosas" Satúrame con el

aceite del Espíritu para que sea inflamable. Pero las llamas son transitorias, a

menudo duran poco. ¿Puedes tú, alma mía, soportar esta corta vida? En mí habita

el Espíritu del Grande que duró poco, cuyo celo por la casa de Dios le consumía.

Y él ha prometido el bautismo con el Espíritu y con fuego. "Hazme Tu combustible,

llama de Dios."

Jim Elliot tenía el "fuego del Espíritu." El clamor de mi corazón para La Viña es que

durante mi vida, miles de jóvenes como Jim Elliot sean saturados del Espíritu

Santo y lleguen a ser el combustible de Dios para plantar miles de iglesias por

todo el mundo. No importa los fenómenos que acompañan, el poder para testificar

(Hechos 1:8) junto con un poderoso y nuevo amor por el mundo (1ª Corintios 13)

siempre han sido centrales para expresar el fuego del Espíritu.

Conclusión: Un modelo a seguir

Como la mayoría de vosotros, de joven yo buscaba modelos en la historia de la

iglesia. Y deseaba encontrar una persona que fuese efectiva, que tuviese un

llamado similar en su vida, y que siguiese muy de cerca el ejemplo de Jesús y los

mandatos de la escritura. Después de muchos años de buscar y analizar, opté por

John Wesley. Aunque yo de ningún modo puedo igualarme con Wesley (y

tampoco soy "Wesleyano"), éste ha sido un buen modelo para mí, y sigue siendo

un buen modelo para los pastores jóvenes hoy en día.

Cuando hablo con nuestros pastores, encuentro que muchos de ellos están

desanimados, cansados y buscando algo que "les ayude a sobrepasar la cima"

para ser eficaces en América hoy. Muchos se sienten impotentes frente al

aumento del consumo de drogas, divorcio, homosexualidad, corrupción en los

negocios y política, aborto y el descenso en la influencia de la iglesia en América

hoy.

Puede que Wesley se haya enfrentado a una realidad aún más dura. En los

tiempos de Wesley, "Gran Bretaña estaba marcada por el desorden moral; de

hecho algunos creían que la nación estaba al borde de la desintegración moral.

Los vicios de ese tiempo eran abiertos y notorios. El teatro era obsceno, el

producto principal del mercado de la novela era despreciable más allá de lo

imaginable. La nación se encontró enredada en las trampas gemelas de la bebida

y el juego. Los crímenes violentos se elevaron de forma alarmante; bandas de

jóvenes gamberros vagaban por las calles de la ciudad profesando ser emisarios

del diablo, le dirigían oraciones blasfemas y bebían a su salud. En fin, la moralidad

y la religión se habían colapsado a un grado como nunca se había conocido en un

país cristiano."

Reflexiones de La Viña 10 septiembre / octubre, 1994

Esta es la Inglaterra en la que Dios empujó a John Wesley. Wesley era un hombre

comprometido a retener el fuego del Espíritu con el propósito de ganar personas

para Cristo. En sus sermones Wesley a menudo hablaba de la actividad del

Espíritu en cada etapa de la experiencia de una persona con Dios; él llamaba al

Espíritu "la fuente de toda vida espiritual."

Wesley, como hombre lleno del Espíritu, no solo deploraba los males de cada día;

sino que los atacaba predicando arrepentimiento y conversión; intentando renovar

su iglesia anglicana y empezando grupos nuevos (clases, bandas musicales,

sociedades, iglesias, etc.) para el desarrollo del carácter y servicio cristiano. A su

muerte a los ochenta y tres años, Wesley había fundado mas de 12.000 nuevos

grupos / iglesias y fue un verdadero reformador social. Dios cambió la cara de

Inglaterra a través de este determinado hombre lleno del Espíritu que era

excelente en la organización. Wesley era "combustible" y encontró una forma de

mantener el fuego del Espíritu ardiendo con fuerza de muchas formas bíblicas y

productivas. Mi oración es que los historiadores puedan decir cosas semejantes

de nosotros cuando se hayan acabado nuestras vidas.

En estas palabras finales (Lucas 24:49, Hechos 1:4,5,8) Jesús dijo a sus

discípulos que esperasen en Jerusalén la promesa del derramamiento del Espíritu

Santo para recibir poder para el servicio. Muchos de nosotros hemos recibido un

derramamiento del Espíritu este año pasado. Ahora debemos enfocar de nuevo el

objetivo de plantar iglesias y evangelizar.

No hay que esperar. El mundo perdido espera a los que sean dadores de lo que

han recibido.

Notas:

1. L. Grant McClung, Jr., Ed., "Azusa Street and Beyond", p. 32.

2. ibid., p. 68.

3. ibid., p. 77.

4. W. R. Moody, "The Life of D.L. Moody", pp. 146-47, 149.

5. E.W. Blumhofer, "The Assemblies of God: A Popular History", p. 11.

6. Donald McGavran, "Understanding Church Growth", 32 edici6n, (Grand Rapids Michigan:

Eerdmans, 1990)T p. 135.

7. Elisabeth Elliot, "Shadow of the Almighty", (San Francisco:.Harper & Row, 1958), p. 58.

8. A. Skevington Wood, "The Burning Heart, John Wesley: Evangelist", Bethany House, 1967, pp.

9-16.

9. "John Wesley's Works", Vol. III, p.49.

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