miércoles, 8 de agosto de 2012

EVANGELISMO, CON PODER DE DIOS.


Ministerio Evangelistico Shekinah
¡Ahora veras si mi palabra se cumple o no! (Números 11:23)

Por mucho tiempo hemos pensado que evangelizar es simplemente repartir un folleto, explicarle a alguien las “cuatro leyes espirituales”, hacer alguna actividad pública al aire libre o un evento masivo en un estadio.

Todo eso tiene su valor e importancia, pero creo que en los tiempos que vivimos se hace necesario no solo la predicación del Evangelio sino la demostración tangible del Dios que predicamos.Algunos han llamado a eso “Evangelismo con poder”.

El “evangelismo con poder” es la sumatoria de la predicación del Evangelio acompañado de la demostración del poder del Espíritu Santo con sanidades, señales y milagros contundentes que comprueben lo que estamos predicando. (Hebreos 2:4).

Este es el Evangelio del Reino el cual confronta al reino de las tinieblas, lo anula y destruye en el Nombre de Jesús, para que la gente tenga un encuentro vivo y personal con Dios.

Durante el ministerio de Jesús, lo vemos reflejado cuando en Mateo 10 él llamó a sus discípulos y “les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (v.2). Luego, en los vv.6-8 agregó: “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”.

La Iglesia Primitiva tenía también este “estilo”, aunque en realidad era el único modelo o estilo a seguir, pues el modelo de evangelista Neotestamentario era el de Felipe, donde en Hechos 8:6 se dice sobre el: “Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados…” (Leer también: Hechos 3:1-10; 5:14-16; 16:11-15 y 16:17-20).

En el evangelio con poder, no sólo es necesario decir “Cristo te ama hoy”, sino también demostrar que “¡Cristo te sana y/o te liberta ahora!”. ¡Dios está vivo y vigente, por eso, experiméntalo!