¡Ahora veras si mi palabra se cumple o no! (Números 11:23)
Bases Bíblicas: Mateo 5:8; Éxodo 33:18; Salmos 24:3,4 y 73:1.
Introducción
¿Ha meditado en la importancia que tiene el mantener una íntima comunión con Dios? Es enorme. Sólo aquellos que permanecen asidos de la mano del Creador, en su presencia, alcanzan victoria. Quienes caminan a su manera, están expuestos a la derrota. De ahí que debamos procurar mantenernos en el sendero de Dios. Ahora, surge una pregunta apenas previsible, ¿cómo lograrlo? Con un corazón limpio, que es el tema que abordaremos hoy a la luz de las Escrituras.
I.- El hombre de corazón limpio logra intimidad con Dios (Mateo 5:8).
1.- La limpieza de corazón es fundamental para quien anhela intimidad con Dios (Mateo 5:8).
a.- La limpieza de corazón parte de una actitud y una disposición del ser humano (1 Pedro 2:1).
b.- Es necesario asumir que no podemos seguir pensando y obrando igual que antes (1 Pedro 1:13-15).
- Gracias a la obra redentora del Señor Jesús tenemos las condiciones para vencer sobre la vieja naturaleza (1 Pedro 1:17-19).
- Si seguimos sujetos a las pasiones humanas, no estaremos en comunión con Dios (Santiago 4:4, 5).
2.- La limpieza del corazón nos permite mantener íntima comunión con Dios (Salmo 24:3, 4).
Características:
a.- "limpio de manos"
b.- "puro de corazón"
c.- "No ha elevado su corazón a cosas vanas" – Idolatría.
d.- "Ni jurado con engaño"
II.- El hombre limpio de corazón recibe la bondad y las bendiciones de Dios (Salmo 73:1).
1.- Afianzado en las Escrituras, quien tiene un corazón limpio, puede esperar bendiciones (Salmo 73:1).
2.- Dios está atento a lo que hay dentro del corazón nuestro (1 Samuel 16:7).
3.- Dios prueba nuestros pensamientos, y las acciones del corazón, determinando si hay limpieza (Salmo 7:9 a).
III.- Es necesario limpiar nuestro corazón y buscar intimidad con Dios
1.- Desde nuestra situación actual de estancamiento espiritual o distanciamiento, podemos y debemos volver la mirada a Dios y alcanzar intimidad con Él (Deuteronomio 4:27-29).
2.- Un anhelo de nuestro debe ser mantener íntima comunión con Dios y permanecer en Su presencia (Éxodo 33:17-19).
Conclusión
Los cristianos fuimos llamados a mantener íntima comunión con Dios. De lo contrario, corremos el peligro de distanciarnos de Él y caer, o bien en un revés personal y espiritual o quizá, el estancamiento que nos sume en el peligro de volver al mundo. Permítale a Dios que limpie su corazón y desde la condición en que se encuentra, vuelva la mirada a Aquél que todo lo puede. Sólo en Él podemos vencer.