viernes, 22 de junio de 2007

Secretos del avivamiento



Ministerio Evangelistico Shekinah
¡Ahora veras si mi palabra se cumple o no! (Números 11:23)









¿Qué es un avivamiento?


Un avivamiento no es nada más que un nuevo comienzo de obediencia a Dios. Como en el caso de la conversión de los pecadores, el primer paso es un arrepentimiento profundo, que parta el corazón y nos postre en el polvo delante de Dios, con verdadera humildad, y un abandono del pecado.


El señor Finney fue una vez a una fábrica para ver la maquinaria de la misma. Su expresión era solemne, puesto que acababa de estar en un lugar en que había habido un avivamiento. El personal que trabajaba en la fábrica lo conocía de vista, y sabía quién era.


Una muchacha que estaba trabajando lo vio e hizo un comentario tonto a su compañera, riéndose. El visitante se paró y la miró con un sentimiento de pena. La chica se quedó sorprendida; el hilo en la máquina se rompió y, cuando ella trató de anudarlo, no pudo por lo nerviosa que estaba. Miró por la ventana para sosegarse y volvió a empezar; una y otra vez trató de recobrar la compostura. Al fin se sentó, vencida por sus propios sentimientos.


El visitante entonces se le acercó y le habló; ella manifestó pronto un profundo sentimiento de pecado. Este sentimiento se esparció por toda la fábrica como fuego, y antes de pocas horas todas las personas empleadas allí se hallaban bajo la convicción de pecado: tanto fue así que el dueño, aunque no era cristiano, se quedó asombrado, y mandó que pararan las máquinas y se celebrara una reunión de oración; porque, dijo, es de mucha más importancia que toda esta gente se convierta que seguir trabajando.



Y en pocos días, el propietario y casi todos los que trabajaban en el establecimiento –unos tres mil– habían profesado haberse convertido.



Cuándo hay que esperar un avivamiento



  1. Cuando hay falta de amor fraternal y confianza cristiana entre los que profesan ser religiosos, entonces es necesario un avivamiento.


  2. Cuando hay disensiones, celos, murmuraciones entre los que profesan ser religiosos, entonces hay gran necesidad de un avivamiento. Estas cosas muestran que los cristianos se han alejado de Dios, y es hora de pensar seriamente en un avivamiento.


  3. Cuando hay un espíritu mundano en la iglesia. Es evidente que la iglesia se ha hundido en un estado bajo y resbaladizo, cuando se ve a los cristianos que se ajustan al mundo en cuanto a vestido, comportamiento y fiestas, cuando buscan diversiones mundanas, leen novelas y otros libros que el mundo lee.


  4. Cuando la iglesia encuentra que sus miembros caen en pecados graves y escandalosos, es el momento de despertar y clamar a Dios por un avivamiento de la religión.


  5. Cuando los pecadores son descuidados e indiferentes, es hora de que los cristianos se muevan. Es su deber, no menos que lo es el de los bomberos cuando suena la campana de incendios, en una gran ciudad, el ir a apagarlo.


¿Qué es crecer en la gracia?



¿Es oír sermones y oír nuevas nociones sobre religión? No. De ninguna manera. El cristiano que hace esto y nada más, está empeorando cada día, se endurece y cada semana será más difícil ponerlo a la altura de su deber.



Puede esperarse un avivamiento cuando los cristianos tienen un espíritu de oración para el avivamiento. Esto es, cuando oran como si sus corazones estuvieran dedicados a ello. A veces los cristianos no se dedican de modo definido a orar por un avivamiento, ni cuando son fervientes en la oración. Su mente está en otras cosas; oran por otras cosas –la salvación de los paganos y cosas así– y no por un avivamiento entre ellos mismos.


Pero cuando sienten la necesidad de un avivamiento, entonces oran pidiéndolo; sienten que lo necesitan para sus propias familias y la vecindad; piden por ellos como si no se les pudiera negar aquello que piden.



Tomado del libro: Avivamiento. Por Finney-Shelhamer, Ed



El hambre es la clave

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6).


La prioridad de la presencia de Dios se ha perdido en la iglesia moderna. Nuestras iglesias son como panaderías abiertas al público, pero algunas no tienen pan para ofrecer. Lo que necesitamos es la presencia de Dios. Necesitamos tomar la decisión de que no importa lo que cueste y de dónde provenga, lo necesitamos a Él. Y Dios quiere llegar de acuerdo a sus condiciones y no de acuerdo con las nuestras.


El pan es escaso durante los tiempos de hambre


“Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos (...) Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Dios había visitado a su pueblo para darles pan” (Rut 1:1-6).


Noemí, su esposo y sus dos hijos dejaron su hogar y se mudaron a Moab porque había hambre en Belén. Belén significa “casa del pan”. La razón por la cual dejaron la casa del pan es que no había pan en la casa. Esa es también la sencilla razón por la cual la gente deja las iglesias: porque no hay pan.


El pan era parte de las prácticas religiosas en el templo; era prueba de la presencia de Dios, se lo llamaba el pan de la proposición, el pan de su presencia. El pan ha sido siempre históricamente el elemento indicador de la presencia divina.


Noemí y su familia tenían algo en común con las personas que salen o evitan totalmente nuestras iglesias en el día de hoy: dejan ese lugar y van a algún otro sitio para encontrar pan. Las personas buscan llenar su vacío en los bares, en los clubes y en los centros esotéricos, por millones. Procuran pasar el tiempo; tratan de sobrevivir porque la iglesia les ha fallado.


La gente ha venido vez tras vez a la Casa del Pan, tan solo para encontrar que sencillamente hay demasiada presencia humana y muy poca presencia divina.


Si la gloria de Dios no puede fluir por los pasillos de la iglesia a causa de espíritus seducibles y de hombres manipuladores, entonces Dios tendrá que volverse a otro lugar tal como lo hizo cuando Jesús pasó de largo junto a “la casa del pan” –el templo– en Jerusalén, montado en un asno. Si no hay pan en la casa, entonces no es culpa de los hambrientos por no ir allí.


Hay mucho más de Dios disponible para nosotros de lo que podemos saber o imaginar, pero hemos estado tan contentos con el lugar donde estamos y con las cosas que tenemos, que no nos esforzamos por obtener lo mejor de Dios.


Sí, Dios se está moviendo en medio de nosotros y está obrando en nuestras vidas, pero nos hemos contentado con recoger las migajas de la alfombra, en vez de disfrutar las abundantes porciones de pan, que Dios prepara para nosotros en los hornos celestiales.


Él ha dispuesto una gran mesa de su presencia en el día de hoy, y está llamando a su iglesia: “Vengan y coman”.


La gente vive tan hambrienta que gasta millones de dólares en la recién aparecida industria del ocultismo, controlada por falsos adivinos.


Si la iglesia se convirtiera en lo que puede y debe ser, tendríamos apuros para acomodar la demanda de “pan” en la casa.


Cuando la gente paga el exorbitante precio de acudir al esoterismo, trata realmente de tocar a Dios y de encontrar alivio del dolor que existe en sus vidas. No saben a dónde más acudir.


¿Sabe qué integrará a la gente instantáneamente al tejido de la iglesia local? Saborear el pan de la presencia de Dios en ese lugar.


Cuando Noemí oyó que había pan nuevamente en Belén, se levantó de su aflicción para regresar hasta allí. Cuando el pan de la presencia de Dios es restaurado en la iglesia, ocurren dos cosas:



Los pródigos regresarán a Belén desde Moab, cuando sepan que hay pan en la casa, y no regresarán solos. Los que nunca han sido salvos vendrán.

La táctica de Satanás ha sido mantenernos tan llenos de comida sin valor, que no tenemos hambre de Dios.


El enemigo nos ha acostumbrado a sobrevivir en una prosperidad terrena, y a subsistir como mendigos espirituales, de tal manera que justamente una migaja de la presencia del Señor nos satisface.


La mayoría de nosotros nos mantenemos tan atiborrados de “comida chatarra” para el alma, y de diversiones para la carne, que no sabemos lo que es estar realmente hambrientos.

Necesitamos con desesperación desarrollar hambre de Dios de tal modo ¡que literalmente olvidemos nuestras buenas maneras!


Espero que Dios agarre a los hombres y a las mujeres de su iglesia y los haga tan obsesionados con el pan de su presencia, que ya no puedan detenerse. Una vez que esto ocurra, ya no querrán solo un toquecito de “bendíceme Señor”. Querrán que Dios se manifieste en ese lugar, no importa cuánto cueste o lo incómodos que puedan sentirse.


Uno de los primeros pasos hacia el avivamiento real es reconocer que usted se encuentra en un estado de retroceso y declinación.

Sea tan próspero como desea serlo, pero busque a Dios en vez de buscar la prosperidad como fin. Verá, es muy fácil comenzar procurando alcanzar a Dios ¡y terminar tratando de alcanzar cualquier otra cosa!



¿Qué ocurriría si Dios se manifestara realmente en su iglesia?


Si Dios mostrara de veras su “rostro” en su iglesia, puedo asegurarle que “el rumor de los hambrientos” en su ciudad o región se esparcirá de la noche a la mañana. Antes de que usted pueda reforzar las puertas abiertas del día siguiente, los hambrientos vendrán y harán fila a la espera de recibir pan fresco.

Necesitamos comprender que lo que tenemos, donde estamos y lo que hacemos, es pequeño, comparado con lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros.


Lo que usted realmente necesita es a Dios. Y la forma de alcanzarlo es desearlo, estar hambriento de Él. El hambre nuestra es la clave. Así, cuando se encuentre escarbando en busca de sobras en la alfombra, en la Casa del Pan, debería orar: “Señor, suscita en mí un hambre ardiente por ti”.


Nuestro problema es que nunca hemos estado realmente hambrientos. Satisfacemos nuestra vida y saciamos nuestra hambre con las cosas de este mundo. Nos hemos acercado a Dios, semana tras semana y año tras año, para que nos llene los pequeños espacios. Le digo que Dios esta cansado de ocupar el “segundo lugar”en nuestra vida, después de todas las demás cosas. Aun de ser el segundo en los programas y en la vida de la iglesia.

Si no somos cuidadosos podemos caer en la trampa de hacer cosas para Él, pero olvidarnos de Él.


No importa cuánto sabe de la Biblia o cuánto sabe acerca de Dios. La pregunta es: “¿Lo conoce usted?” Por la sola lectura de las Escrituras jamás tendremos intimidad con el Señor. Hemos apagado nuestra hambre de su presencia haciendo cosas para Él.




Un esposo y una esposa pueden hacer cosas el uno para el otro, sin amarse realmente.




¡Intimidad con Dios!


Eso es lo que Dios desea de nosotros, y su rostro debe ser nuestro máximo objetivo.
Quizá el Espíritu Santo le está hablando. Le pido al Señor en este momento que despierte en usted esa hambre que ha tenido en el pasado, y que está ahora casi olvidada.

Quizás en estos días pasados tenía este sentir y estas ansias de Dios, pero permitió que otras cosas lo llenaran y reemplazaran ese deseo por su presencia. Le pido al Señor que usted llegue a estar tan hambriento de Dios que ninguna otra cosa le importe.




Señor, ¡estamos tan hambrientos! ¡Lo que anhelamos es justamente tu presencia


Los "dos secretos" del avivamiento




Los dos secretos del avivamiento que examinaremos ahora, tienen muy poco que ver con los problemas "estructurales" de la iglesia que estábamos discutiendo. Estos son probablemente mucho más importantes.




Cuando estas dos cosas suceden en la vida de las personas, entonces no hay mucho más por qué preocuparme. Entonces no me importa tanto si tienen un programa de "construir un local" y un Instituto Bíblico y todo lo demás. Cuando estas dos cosas suceden, lo demás ya no es tan importante. Necesitamos darnos cuenta de que cambiar muchas de las cosas "externas" que tratamos hasta ahora, por sí mismo lograría muy poco. Es como reordenar las "cajas" por afuera. Es como hacer un odre nuevo, pero olvidarse del vino nuevo que debería entrar.




Entonces es tiempo para hablar sobre este VINO NUEVO de Dios. Esto es lo que significa un verdadero avivamiento.




Algunos de Uds. ya habrán leído acerca de estos "dos secretos". Pero aun así, por favor lea este artículo, porque voy a aplicarlos en una manera que va más allá de lo que escribí en el pasado.




Las dos preguntas claves que trataremos en este capítulo son: 1) ¿Cómo alcanzo un estado de avivamiento personal?, y 2) ¿Cómo llegamos de allí a un estado de "avivamiento corporativo"?




Como muchos de Uds. saben, yo he estudiado la historia de los avivamientos por muchos años. He investigado avivamientos de las décadas recientes y de hace siglos atrás. Y después de toda esta investigación, encontré que los secretos del avivamiento parecen reducirse a dos cosas principales:




1) Un ARREPENTIMIENTO muy profundo, y
2) una forma de "luchar" y "agonizar" en oración - clamando a Dios por el derramamiento de Su Espíritu Santo.




Estas dos cosas han sido el secreto de innumerables avivamientos por todas las épocas - y yo creo que así será nuevamente. Por eso no hay NADA más importante para discutirlo ahora.




Experimentar un arrepentimiento muy profundo




Como escribió Frank Bartleman (del avivamiento de la Calle Azusa):
"En 1905 recibí de Dios la siguiente base para avivamiento: La PROFUNDIDAD del avivamiento se determinará exactamente por la PROFUNDIDAD del espíritu de ARREPENTIMIENTO. Y esto es vigente para todos los pueblos y todos los tiempos."




Puedo afirmar que toda la historia confirma las palabras de Frank Bartleman. Y también puedo decirle que si Ud. quiere llegar a un verdadero estado "avivado", entonces el arrepentimiento PROFUNDO es una de las claves.




Lo que encontramos a menudo es que los cristianos dejaron atrás muchos de los pecados "obvios", tales como mentir, robar, adulterio, etc. Pero hay otras cosas en sus vidas, de las que saben que no son correctas. El tratar con estas "otras cosas" puede ser la clave para una intimidad mucho más grande con Dios.




¿Sabía Ud. que Dios ABORRECE todo pecado, y que si Ud. se acerca más a Dios, entonces Ud. en su corazón aborrecerá el pecado igual que El?




Entonces seamos "prácticos" en esto. Esto es lo que Ud. necesita hacer para tratar con estas cosas a un nivel PROFUNDO: Primero, tome un tiempo con Dios a solas. Ud. necesita un tiempo a solas, en un lugar apartado, con El. Segundo, pida y busque a Dios para que El "alumbre con Su luz" en el corazón de Ud. Que El le muestre cada cosa inmunda, sea falta de perdón, lascivia, hablar de otras personas detrás de sus espaldas, manteniendo rencor, pequeñas mentiras "blancas", etc. Pida a Dios que El le muestre como EL SE SIENTE acerca del pecado. Pídale que El alumbre las profundidades de su ser, y le muestre las cosas que Ud. necesita confesar y renunciar y pedir perdón. En algunos casos, Ud. necesitará ir adonde un hermano o una hermana para pedirle perdón o hacer restitución. Asegúrese de que el arrepentimiento alcance el NIVEL MÁS PROFUNDO posible. Confiese a Dios cada pecado específicamente, renuncie a él, y pida a Dios que El le purifique. En muchas personas, son estos así llamados "PECADOS MENORES" que les impiden avanzar.




Esta es otra cita acerca del tema, por Evan Roberts, del avivamiento en Gales: "Primero, ¿hay algún pecado en su pasado con el cual Ud. no trató honestamente, no lo confesó a Dios? Arrodíllese de una vez. Su pasado tiene que quedarse atrás y ser limpiado. Segundo, ¿hay algo en su vida que es dudoso - algo de lo cual Ud. no puede decidir si es bueno o malo? Renuncie a ello. No debe haber ni la sombra de una nube entre Ud. y Dios. - ¿Perdonó Ud. a todos - TODOS? Si no, no espere perdón por sus pecados..."




Este asunto de perdonar VERDADERAMENTE a aquellos que le hirieron a Ud. puede ser algo grande. Es importante ser BRUTALMENTE HONESTO con uno mismo. ¿Hay todavía un "mal sentimiento" muy dentro de Ud. hacia ciertas personas? ¿Hay una huella de amargura cuando Ud. habla acerca de esa persona? Nosotros todos necesitamos venir ante Dios y arrepentirnos y RENUNCIAR a toda falta de perdón desde muy dentro de nosotros. Pasar por todo este proceso de "arrepentimiento profundo" es la primera clave para el avivamiento personal.




Clave #2: Oración de "lucha, agonía"




Al estudiar la historia, Ud. nota pronto que hay un tipo específico de oración que aparece en los avivamientos vez tras vez. Este tipo especial de oración es un ingrediente ESENCIAL de un avivamiento.




Los predicadores antiguos de avivamiento hablaban de tener el "espíritu de oración". Ellos hablaban de llorar, agonizar, clamar, luchar, "tener dolores" en oración. La razón por qué estos predicadores de avivamientos eran tan ungidos y saturados con la presencia de Dios, fue que ellos habían realmente llegado de frente a Su trono en la oración, y que habían pasado mucho tiempo teniendo comunión con El allí. Este tipo de oración ha siempre sido una de las claves más importantes para un verdadero avivamiento.




Charles Finney dijo: "Mientras yo no tenía el espíritu de oración, no podía hacer nada ... Me encontraba incapaz de predicar con poder y eficacia, o de ganar almas..." George Whitefield dijo: "Días y SEMANAS enteras pasé postrado en el suelo en oración silenciosa o a voz alta..." Frank Bartleman escribió: "De noche casi no podía dormir por el espíritu de oración... La oración literalmente me consumía." Y D.M.Intyre escribió: "Antes que el gran avivamiento en Gallneukirchen empezara, Martín Boos pasaba horas y días y a menudo noches en agonías solitarias de intercesión. Después, cuando él predicaba, sus palabras eran como una llama de fuego, y los corazones de la gente como pasto."




Como demuestra la historia, la iglesia puede esperar un avivamiento verdadero solamente cuando un remanente del pueblo de Dios se DESESPERA - desesperado por el estado recaído de la iglesia, desesperado por la tibieza dentro de ellos y en todos los que los rodean, desesperados por el pecado y los falsos compromisos, desesperados por el hecho de que Dios no está siendo GLORIFICADO, que El no es realmente SEÑOR de Su iglesia, que un mundo moribundo se burla de Sus palabras y las considera irrelevantes. El avivamiento vendrá cuando el pueblo de Dios se humilla verdaderamente, cuando ellos remplazan su "imagen positiva" con la realidad del lamento de Santiago: "Afligíos y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará." (Stgo.4:9-10)




Como se decía de Evan Roberts: "El se quebrantaba, llorando amargamente ante Dios para que El les doblegue ante El, en una agonía de oración, con lágrimas corriendo por sus mejillas, con todo su cuerpo encorvándose de dolor." - Y John Wesley preguntó: "¿Tiene Ud. días de ayuno y oración? Asalte el trono de la gracia y persevere allí, y misericordia vendrá de lo alto." Hermanos, hermanas, ¡necesitamos volvernos DESESPERADOS en nuestras oraciones!




Como "luchar" en la oración




Ahora, es muy importante entender que este tipo de oración es no solamente para unas personas "especiales" o líderes. Es una de las claves para el "avivamiento personal" para cada uno de nosotros. La Biblia aclara que la "oración eficaz ferviente del justo" está al alcance de todos nosotros.




Y la historia demuestra que la "oración de lucha para avivamiento" se puede ENSEÑAR a los cristianos. Esto es comunicado claramente en el libro "Ungido para el entierro", que es el relato del gran avivamiento en Camboya alrededor de 1970, por Todd y DeAnn Burke. Esto sucedió cuando Dios ya se había movido allí por un tiempo. Todd escribió: "Con referencia a Génesis 32, les conté como Jacob LUCHÓ con el Señor hasta que el Señor le bendijo. 'Si esperamos recibir poder y bendición del Señor, entonces tenemos que estar dispuestos a luchar con El en oración y ayuno, en negación de sí mismo, en llevar su cruz', dije. un libro devocional por Hudson Taylor: 'Una vida a lo fácil, sin negarse a sí mismo, nunca será una vida de poder.' Con esto, todos empezaron a luchar en oración, y dentro de no mucho tiempo, la bendición vino."




Cuando estas personas se dividieron en grupos de oración y empezaron a "luchar" con Dios en oración como Todd les había enseñado, el resultado fueron verdaderos DERRAMAMIENTOS del Espíritu Santo (o sea, el Espíritu Santo vino sobre grupos enteros de cristianos como en Hechos, con resultados muy poderosos.) Fue un tiempo emocionante.




Note que esos cristianos fueron realmente ENSEÑADOS a "luchar" con Dios de esta manera. ¡Y ellos simplemente fueron y lo hicieron! En los inicios del avivamiento de Gales en 1904, Evan Roberts enseñó a los niños de un lugar llamado Moriah que oren esta sencilla oración: "Envía el Espíritu a Moriah, por la causa de Jesucristo." Más tarde, él desarrolló este mismo concepto para sus reuniones generales. Fue vital que la gente clamare a Dios para que envíe Su Espíritu sobre ellos.




Esto es exactamente lo mismo como lo que sucedió en Pentecostés. Fueron los 120 en el aposento alto, clamando a Dios durante diez días, y después Dios envió Su Espíritu como un viento recio, y los llenó hasta rebosar. En los últimos 50 años hubo muchos avivamientos poderosos donde Dios derramó Su Espíritu en una manera similar. Cuando Dios "derrama" Su Espíritu en esta manera, esto es mucho más que simplemente una persona bautizada en el Espíritu. Es un "derramamiento" general.




De hecho, un "derramamiento del Espíritu Santo" es la esencia de lo que es realmente un avivamiento. Y como en Pentecostés, el resultado es que muchos son LLENOS del Espíritu Santo, y muchos otros son fuertemente CONVENCIDOS de su pecado. Un avivamiento verdadero es la gloria de Dios que viene a la tierra. Es Su Espíritu que es "derramado" en un lugar específico o sobre un grupo específico de personas. Necesitamos "luchar" con Dios para que suceda un tal derramamiento en nuestros días.




Ahora, antes que Ud. pueda "luchar" con Dios en oración, Ud. necesita hacer esto: 1) Sea DESESPERADO para ver que Dios sea GLORIFICADO en la tierra; 2) Limpie sus "manos" y su "corazón" para que pueda verdaderamente entrar a la sala del trono de Dios; 3) Clame a Dios para que El derrame Su "Espíritu de oración" sobre Ud; 4) Alimente Su "fuego" en su corazón, para que Ud. pueda "agonizar" en oración ante El. 5) Al orar, sea muy específico al "luchar" con Dios para que derrame Su Espíritu sobre USTED o sobre un grupo específico. - Todos nosotros necesitamos esta plenitud fresca.




Si Ud. puede hacer estas cosas sencillas, entonces HOY es el día que Ud. puede empezar a "luchar" con Dios en oración. No lo postergue. Esta podría ser la clave para que Ud. sea transformado por un "avivamiento personal", y llegue a una comunión mucho más profunda con Dios.




EN RESUMEN:




Después de haber estudiado los avivamientos por más de 3 años, me convencí de que el camina hacia el "avivamiento personal" es realmente el mismo como el camino al "avivamiento corporativo". Las claves principales siempre fueron "arrepentimiento profundo" y "oración agonizante ",darle al Espiritu Santo su lugar. Nuestros motivos por buscar a Dios nunca deben ser egoístas. Debemos buscarle por cause de El mismo, no por lo que El puede "hacer por nosotros". Es para ver que EL SEA GLORIFICADO, que pedimos por estas cosas.




Entonces, mis amigos, todo lo que puedo hacer es instarles que vayan a un lugar silencioso y se entreguen al arrepentimiento escudriñando sus corazones, y a la oración "agonizante", hasta que Ud. experimente una verdadera VICTORIA en su vida cristiana. Todos necesitamos ser llenos de Su Espíritu otra vez y otra vez. Desde que tuve 17 años, puedo atribuir casi todas las victorias espirituales en mi vida a estos dos secretos de avivamiento. Ellos realmente han revolucionado mi vida.




Entonces ¿qué es del avivamiento "corporativo", donde el Espíritu de Dios se derrama sobre pueblos y ciudades enteras? - Lo que Dios quiere hacer a menudo, es lo que hizo en Pentecostés. El quiere tomar a Sus "avivados" y utilizarlos para traer avivamiento a otros. En otras palabras, si Dios puede encontrar a un GRUPO de personas que han pasado por un avivamiento personal, entonces El puede usarlos para hablar la Verdad y llevar Su unción a regiones enteras. Y para ORAR por más derramamientos.




¿Entonces qué necesita Dios encontrar en el mundo hoy? Simplemente unos GRUPOS de cristianos "avivados" que puedan empezar a predicar arrepentimiento y orar por un derramamiento del Espíritu de Dios. Todo empieza con personas que fueron "avivados".




Como escribió A.T.Pierson, "Desde el día de Pentecostés, no hubo ningún gran despertar espiritual en ningún país que no hubiera empezado en una unión de oración, aunque sea entre dos o tres no más; y ninguno de estos movimientos continuó cuando estas reuniones de oración se enfriaron."




Yo sé que las verdades de este capítulo realmente FUNCIONAN en el mundo real, porque las experimenté yo mismo. Estoy orando que revolucionen muchas vid




Siete pasos previos para recibir la unción de Dios -La visión de Eliseo





Muchas personas oran como Eliseo: "Señor, dame una doble porción de tu unción". Sin embargo, no se dan cuenta de la preparación que involucra para que tal cosa milagrosa suceda. Aquí hay siete cosas que sucedieron en la vida de Eliseo antes de que Dios le permitiera recibir "la doble porción" de unción. Por Benny Hinn




Eliseo enfrentó al espíritu del enemigo





Elías y Eliseo confrontaron al mismo enemigo y al espíritu de Jezabel. Elías enfrentó un espíritu demoníaco a través de esta mujer que en una ocasión hizo que huyera por su vida (1 Reyes 19). ¿Quién es Jezabel? El Señor dijo a la iglesia de Tiatira: "Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos" (Apocalipsis 2:20). Claramente de esta porción de las Escrituras vemos que Jezabel es el espíritu de inmundicia y fornicación con el que debemos pelear actualmente. Solamente por la unción ese espíritu puede ser vencido.




Eliseo confiaba en Dios



Antes de que Elías fuera llevado a los cielos, Eliseo declaró su lealtad y devoción a Dios repitiendo estas palabras: "Vive Jehová..." (2 Reyes 2:2, 4, 6). Nunca recibirá la unción de Dios hasta que aprenda a depender totalmente del Señor. Eliseo tuvo un modelo de rol maravilloso en el profeta Elías, aquel que estuvo delante de cuatrocientos profetas de Baal y declaró: "...Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas" (1 Reyes 18:36). Fue allí cuando cayó fuego y consumió el sacrificio.




Eliseo aprendió cómo servir


De joven estaba trabajando en un campo, era tiempo de siembra, cuando fue llamado a transformarse en siervo de Elías (1 Reyes19:19). Venía de una familia de buena posición después de todo, tenía "doce yuntas de bueyes" (v. 19). Y Eliseo era, obviamente, un trabajador esforzado ya que su familia podría haber contratado un siervo para hacer la misma tarea. Arar y orar van mano a mano.



Las Escrituras nos dicen: "...haced para vosotros barbecho; porque es tiempo de buscar a Jehová..."(Oseas 10:12). En el momento que se comprometió con Elías se transformó en su siervo, no en su esclavo.




¿Desea la unción? Involúcrese en una iglesia o ministerio y comience a servir. Cuando usted sirve está sembrando su vida como semilla para una unción que un día será suya. Antes de que Elías fuera llevado en un torbellino a los cielos, Eliseo prometió que nunca dejaría de estar al lado del profeta. Declaró: "Vive Jehová y vive tu alma que no te dejaré" (2 Reyes 2:4). Estaba diciendo: "Mientras que estés ungido, no me apartaré de ti".




Eliseo fue un hombre de fe


En los días finales antes de la partida de Elías se quedó con él más allá de las objeciones del profeta, mientras pasaban por cuatro lugares, Gilgal, Betel, Jericó y el Jordán. Cada uno tiene un significado especial. Gilgal es el lugar donde comienza la fe. Donde el maná cesó y los hijos de Israel tuvieron que vivir por fe y no por vista (Josué 5). Durante cuarenta años habían visto una nube de día y fuego por la noche, y maná sobre la tierra. Entonces, se terminó. Y así es con nosotros. La unción no vendrá a nuestras vidas hasta que comencemos a caminar en fe.



Eliseo sabía lo que significaba ser probado


Después, fueron hacia Betel; sin embargo, Eliseo no abandonaba al profeta. Betel es el lugar de las pruebas y dificultades. Allí es donde Jacob huyó cuando corría de su hermano. Perdió su familia y comodidad y estaba durmiendo allí con una roca por almohada. Fue en Betel donde Jacob hizo un voto que si el Señor le dejaba "...volver en paz a la casa de su padre, Jehová será mi Dios..." (Génesis 28:21). De la misma manera, seremos probados antes de que Dios nos confíe su unción.



Eliseo sabía cómo llevar una guerra


Los dos hombres de Dios fueron hacia Jericó, el lugar de la guerra. El lugar donde Josué había peleado su más grande batalla (Josué 6). Eliseo se transformó en un hombre de guerra en el espíritu. Entendía el poder que pertenece a cada creyente, que puede desatar cadenas y abrir puertas. Necesitamos darnos cuenta que "...las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para derribar fortalezas..." (2 Corintios 10:4). Cuando los demonios del infierno vienen contra usted, manténgase fuerte y declare "No permitiré que estas cosas me derriben; me quedo hasta que venga la unción".



Eliseo tenía una visión


Finalmente, viajaron hasta los bancos del río Jordán, donde el Señor probó la visión de Elías. ¿Era del hombre o de Dios? El profeta le dijo a su siervo: "...Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti". Eliseo dijo: "Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí" (2 Reyes 2:9). Elías respondió: "Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más sino, no" (2 Reyes 2:10). En otras palabras, si tu visión es clara, y tus ojos están en las cosas de arriba, ¡la recibirás! Habacuc 2:2 declara "...Escribe la visión y declárala...".



Hay tres llaves para que veamos una visión cumplida:



1) Debe ser clara; es decir, no puede estar confusa y llena de preguntas.
2) Debes correr para recibir, es decir que tu vida de oración tiene que intensificarse. Caminar, es oración... correr, es oración intensa.
3) La visión es para un "tiempo específico". Espéralo. Nunca te rindas.




Su fe es vital para el cumplimiento de la visión. De pronto, el profeta fue raptado y ¡llevado a los cielos! Una carroza de fuego apareció y, sin embargo, Eliseo pudo ver con suficiente claridad para tomar el manto que fue dejado. Caminó hacia el mismo río donde había visto al profeta Elías usarlo para separar el Jordán donde, nuevamente, milagrosamente se dividió (2 Reyes 2:14).




“Si el grano de trigo no cae a la tierra y muere...”







El camino al avivamiento personal




Siempre quise caminar más profundamente con Dios. Tempranamente, aprendí que los secretos de este caminar estaban en la lectura bíblica diaria, la oración y el testificar. Me autoenseñé estas tres disciplinas.



Aún así, tenía hambre por más. Me enseñaron que el avivamiento personal involucraba controlar uno mismo aquellos pecados que desagradan a Dios, cuya lista está esparcida por todas las epístolas del Nuevo Testamento (Gálatas5:19-21, Efesios 5:3-7, 2 Timoteo 3:2-5), etc.



Con grandes expectativas, comencé. Muchas cosas oscuras, horribles, treparon desde mi corazón y pude verlas. Aprendí lo que entristece el corazón de Dios. Me transformé en una experta de "rendirlo todo". Pero no resultó de la manera que esperaba. Me volví introvertida y deprimida por el mal sobre el cual enfocaba constantemente. La lista siempre creciente de los "no-no" que rendí para probar mi espiritualidad me transformaba en una legalista negativa. El gozo del avivamiento prometido me eludía.



Periódicamente, me desilusionaba con la mediocridad de mi vida espiritual. Luego algún libro o sermón me recordaba las "listas". Pensaba que jamás encontraría lo que buscaba. Pero una voz en lo profundo de mi ser continuaba empujándome: "Hay más. Sigue buscando".





En desesperación grité. "Querido Dios, estoy dispuesto. Cuando quieras reavivarme, me tienes que mostrar cómo. Esa lista de pecados no es el camino". En los siguientes siete años tropecé en la melancolía de las ansias sin cumplir, y con frecuencia renové mi oración por el avivamiento.




Entonces, ocurrió. Estaba en una reunión en que discutían el avivamiento. Mi corazón por poco estalla por el deseo. Alguien habló: "El avivamiento es lo que sucede cuando comenzamos a tener una visión de la santidad de Dios". Yo me quedé sin respiración. "¡Es eso, Señor! ¡No mirar a mis pecados, sino a tu santidad!"



Durante dos días anduve por todos lados en un estado de deslumbramiento que era una mezcla de temor y expectativa. ¿Podría esto ser tan simple? ¿Y mis pecados?
Entonces, leí Salmos 130:3-4: "Jah, si mirares a los pecados, ¿quién oh, Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado".



Sentí que algo me remolcaba a través del umbral, y allí estaba yo, de pie ¡en medio de su gloria! ¿Cómo? No había trabajado sobre las listas o quebrado barreras. Dios me había alcanzado y llevado al interior. ¡Me sentí envuelta en perdón, limpieza, libertad!




Las siguientes semanas durante largas horas contemplé su santidad, revelada en la maravilla y belleza de un gozo nuevo que no podía ni describir ni contener. Llena de un hambre voraz por Dios, le rogué que me enseñara más para explicarme lo que había sucedido.


Me trajo a la mente la vieja lista que estaba entre una pila de papeles; no encontré pecados en ella, solamente los nombres y atributos de Dios. Comencé a usarlos como base de mi adoración. Cada meditación por la mañana se volvió un diálogo muy íntimo con mi Padre. Una mañana las palabras eran "sin medida". ¿Qué es esto, Señor?, le pregunté. "No importa cuán alto escales en tu intento de ser santa –dijo Dios– siempre estaré en la siguiente montaña más adelante que tú."




– "Oh, Señor, después de todos estos años, debería estar muy cerca. ¿Cómo es que caigo con tanta frecuencia?"
– "Hijo, ¿cuándo aprenderás? Aunque me aflige, sé que vas a fallar"
– "¿Qué?" dije casi quedando sin aliento.
– "Conozco tu corazón. Aprenderás sobre las cosas santas, te ayudo a crecer en santidad. Pero, el pecado siempre regresará naturalmente a ti".
– "Pensé que ibas a hacerme como tú", le contesté.
– "Esa es mi meta eterna. Necesitas saber, que a pesar de esto, mientras vivas en la Tierra, tu naturaleza caída te llevará a querer ganar mi favor antes que a aceptar mi gracia. Debes admitir tu quebrantamiento".
– "¿Hay alguna esperanza, entonces?"
Pude sentir su sonrisa cálida: – "¡Oh, pero te ofrezco esperanza en abundancia! Recuerda, mi Hijo llevó la culpa de tu naturaleza pecaminosa sobre el Calvario, y te he dado su rectitud. Nunca voy a condenarte por tu incapacidad de mantenerte sin pecado".





– "Pero, con todo, necesito confesar mis acciones pecaminosas."
– "Sí. Pero, si escalas las alturas junto a mí, tu confesión emanará del reconocimiento de que si fracasas es por tu naturaleza. La confesión humilde no se pregunta ‘¿Cómo pude fallar nuevamente?’. Únicamente el orgullo ciego dice una cosa como esa."





Me postré delante de Él... lloraba. Luego de un tiempo, sentí su toque sobre mi hombro y lo miré a los ojos. Nunca había visto tanta compasión.




– "Siempre escalaré los caminos montañosos contigo –me prometió–. Mientras me des la mano, subiremos juntos. Únicamente cuando la retires te caerás hacia atrás".
Me estremecí. Vio mi dolor y continuó. –"Cuando eso sucede, no gastes tu energía al protestar y decir que pensabas que habías llegado a alguna montaña por ti misma o por tu propia justicia. Recuerda tu naturaleza pecaminosa, llora porque me entristecen tus acciones pecaminosas, y clama por misericordia y por perdón".



– "¿Y qué sucede cuando he caído muy lejos o cuando he tropezado sobre las mismas piedras varias veces?"


– "Siempre me encontrarás en la montaña que está más arriba desde donde te ofrezco mi mano, listo para levantarte a nuevas alturas. Recuerda: si tuviera que marcar la iniquidad, ¿quién podría permanecer? Pero hay perdón en mí."
– "¿Siempre, Señor?"
– "¡Siempre!"
– "¿Así que, de eso se trata la gracia?" Estaba boquiabierta.
– "Sí, pequeña, y nunca debes cesar de tener más sed por una mayor profundidad."
Nos miramos uno al otro en maravilloso silencio. Ya la sed atrapaba mi alma.
– "Solo una última pregunta, Señor. ¿Es este el avivamiento que he buscado?" Sus ojos resplandecieron de entusiasmo.– "Es el comienzo. Tengo mucho más para mostrarte".



Desde ese día he vivido en busca de en la "lista" que me hace alabar su grandeza. Dejé de autocondenarme. Más bien, medito sobre la amplitud de su carácter y le ruego "Examíname, oh, Dios, y conoce mi corazón (…) ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmos 139:23-24).




Dios jamás me tira una lista completa de pecados. En lugar de eso, me muestra su santidad y revela con cuál de mis muchos pecados desea ayudarme a luchar. Adoro su santidad, confieso mi pecaminosidad y le ofrezco mi quebrantamiento.





¡Eso es un avivamiento!





Con amor en Cristo


RODRIGO ROJAS GARZÓN

EVANGELISTA












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